Merkel pone precio (salarial) al rescate
La exigencia alemana de devaluar los sueldos compromete al Gobierno español - El desacuerdo en la UE reactiva la presión sobre los países periféricos
ALEJANDRO BOLAÑOS - Madrid - 13/02/2011
La cumbre de la UE celebrada hace una semana debía ser, en palabras
del presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durão Barroso,
"la cita definitiva para reforzar" el fondo de rescate de la UE. El acuerdo
no solo se aplazó a marzo, sino que ahora es mucho más complicado.
La canciller alemana Ángela Merkel condicionó la ampliación del fondo
a un difuso pacto de competitividad. Lo único nuevo era la exigencia
de que los Veintisiete se comprometieran a desvincular las subidas
salariales de la inflación. Pero bastó para que la cumbre acabara como
el rosario de la aurora; para que los inversores empujaran a Portugal
otra vez al borde de la suspensión de pagos este jueves; y para empinar
aún más la reforma de la negociación colectiva que el Gobierno español
quiere cerrar, precisamente, en marzo.
del presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durão Barroso,
"la cita definitiva para reforzar" el fondo de rescate de la UE. El acuerdo
no solo se aplazó a marzo, sino que ahora es mucho más complicado.
La canciller alemana Ángela Merkel condicionó la ampliación del fondo
a un difuso pacto de competitividad. Lo único nuevo era la exigencia
de que los Veintisiete se comprometieran a desvincular las subidas
salariales de la inflación. Pero bastó para que la cumbre acabara como
el rosario de la aurora; para que los inversores empujaran a Portugal
otra vez al borde de la suspensión de pagos este jueves; y para empinar
aún más la reforma de la negociación colectiva que el Gobierno español
quiere cerrar, precisamente, en marzo.
La noticia en otros webs
"En crudo, debe haber pérdida de poder adquisitivo", señala un experto
Las diferencias en el avance de la productividad fueron escasas
Porque Alemania y España son
los dos ejemplos extremos que
ilustran la propuesta de Merkel.
En la última década, Alemania ha
disparado su superávit por cuenta
corriente, en la misma medida que
España aumentó su déficit exterior.
Eso se ha traducido en que España
y otros países periféricos, como
Irlanda, Grecia o Portugal han
llegado a la crisis con empresas
y familias muy endeudadas y una
capacidad de generar crecimiento
apocada, ahora que la demanda
interna tirita. Y aquí viene la receta
alemana: el camino más corto para
resucitar la competitividad de la
economía, que permita aumentar
exportaciones y reducir
importaciones,
es acompasar las subidas salariales a
las ganancias de productividad. O
mejor aún, rezagar los salarios
respecto a la productividad durante
unos años.
los dos ejemplos extremos que
ilustran la propuesta de Merkel.
En la última década, Alemania ha
disparado su superávit por cuenta
corriente, en la misma medida que
España aumentó su déficit exterior.
Eso se ha traducido en que España
y otros países periféricos, como
Irlanda, Grecia o Portugal han
llegado a la crisis con empresas
y familias muy endeudadas y una
capacidad de generar crecimiento
apocada, ahora que la demanda
interna tirita. Y aquí viene la receta
alemana: el camino más corto para
resucitar la competitividad de la
economía, que permita aumentar
exportaciones y reducir
importaciones,
es acompasar las subidas salariales a
las ganancias de productividad. O
mejor aún, rezagar los salarios
respecto a la productividad durante
unos años.
"En crudo, debe haber una pérdida
de poder adquisitivo", aclara
Javier Andrés, catedrático de
Análisis Económico de la Universidad
de Valencia. "Casi todos, yo incluido, decíamos hasta hace poco que el
déficit exterior dentro de la zona euro no era tan problemático porque
había financiación asegurada. Pero hemos visto que no es así, que cuando
hay una crisis financiera, los inversores vuelven a segmentar por países
y no tratan igual a España y a Alemania", añade.
de poder adquisitivo", aclara
Javier Andrés, catedrático de
Análisis Económico de la Universidad
de Valencia. "Casi todos, yo incluido, decíamos hasta hace poco que el
déficit exterior dentro de la zona euro no era tan problemático porque
había financiación asegurada. Pero hemos visto que no es así, que cuando
hay una crisis financiera, los inversores vuelven a segmentar por países
y no tratan igual a España y a Alemania", añade.
Andrés concede que "el aumento de los costes salariales no es la única,
ni siquiera la principal causa de la pérdida de competitividad". Pero
sostiene que sí es el único coste en el que se puede incidir con un efecto
inmediato, ahora que España no puede devaluar su moneda. "El plan
Merkel debería acompañarse con un paquete de estímulo europeo, con
apoyo público a inversiones de I+D y de grandes infraestructuras", acota.
ni siquiera la principal causa de la pérdida de competitividad". Pero
sostiene que sí es el único coste en el que se puede incidir con un efecto
inmediato, ahora que España no puede devaluar su moneda. "El plan
Merkel debería acompañarse con un paquete de estímulo europeo, con
apoyo público a inversiones de I+D y de grandes infraestructuras", acota.
El planteamiento alemán, respaldado por varios expertos españoles y
los servicios de estudios del Banco de España y de las entidades
financieras, no puede ser más comprometido para el Ejecutivo de
José Luis Rodríguez Zapatero, que es también uno de los más deseosos
de que la ampliación del fondo de rescate se convierta en dique
infranqueable para los inversores que castigan los títulos de deuda
españoles.
los servicios de estudios del Banco de España y de las entidades
financieras, no puede ser más comprometido para el Ejecutivo de
José Luis Rodríguez Zapatero, que es también uno de los más deseosos
de que la ampliación del fondo de rescate se convierta en dique
infranqueable para los inversores que castigan los títulos de deuda
españoles.
El Gobierno respaldó el resto de la propuesta de Merkel, sintetizada
en un folio con seis párrafos sin firma: elevar la edad de jubilación,
poner límites en leyes nacionales al déficit y la deuda púbilcos armonizar
el impuesto de sociedades o crear un programa de resolución para las
crisis bancarias. Pero la exigencia de desvincular las subidas salariales
de la inflación amenaza con desbaratar otra vez el diálogo social, apenas
recompuesto en el acuerdo de las pensiones. Más aún, cuando sindicatos,
patronal y Gobierno se ponen otra vez a prueba con la reforma de
la negociación colectiva. Y cuando el Ejecutivo se ha impuesto aprobarla
antes del 20 de marzo.
en un folio con seis párrafos sin firma: elevar la edad de jubilación,
poner límites en leyes nacionales al déficit y la deuda púbilcos armonizar
el impuesto de sociedades o crear un programa de resolución para las
crisis bancarias. Pero la exigencia de desvincular las subidas salariales
de la inflación amenaza con desbaratar otra vez el diálogo social, apenas
recompuesto en el acuerdo de las pensiones. Más aún, cuando sindicatos,
patronal y Gobierno se ponen otra vez a prueba con la reforma de
la negociación colectiva. Y cuando el Ejecutivo se ha impuesto aprobarla
antes del 20 de marzo.
"Si hablar de competitividad supone devaluar los salarios, no estaremos
de acuerdo", advirtió este viernes Toni Ferrer, secretario de Acción
Sindical de UGT. "Ligar los salarios a la productividad es imprescindible,
los sindicatos deberían verlo con buenos ojos", rebatió el vicepresidente
de la CEOE, Arturo Fernández. El asunto es tan espinoso que, por ahora,
ha quedado fuera de las primeras rondas de conversaciones entre los
agentes sociales.
de acuerdo", advirtió este viernes Toni Ferrer, secretario de Acción
Sindical de UGT. "Ligar los salarios a la productividad es imprescindible,
los sindicatos deberían verlo con buenos ojos", rebatió el vicepresidente
de la CEOE, Arturo Fernández. El asunto es tan espinoso que, por ahora,
ha quedado fuera de las primeras rondas de conversaciones entre los
agentes sociales.
"Es innegable que hay un problema estructural con la competitividad
en la UE", comenta Miguel Ángel García, director del gabinete económico
de CC OO. "Estamos dispuestos a hablar de productividad, como se ha
hecho en otros acuerdos de concertación, pero primero hay que aclarar
lo que se dice", reclama. "Porque si lo que se pide es que el salario
nominal [sin descontar el efecto de los precios] crezca menos que la
productividad real, eso significa aquí, y en Alemania, una pérdida de
poder adquisitivo permanente", concluye.
en la UE", comenta Miguel Ángel García, director del gabinete económico
de CC OO. "Estamos dispuestos a hablar de productividad, como se ha
hecho en otros acuerdos de concertación, pero primero hay que aclarar
lo que se dice", reclama. "Porque si lo que se pide es que el salario
nominal [sin descontar el efecto de los precios] crezca menos que la
productividad real, eso significa aquí, y en Alemania, una pérdida de
poder adquisitivo permanente", concluye.
El avance de la productividad real por empleado, en tasas interanuales,
ha sido muy escaso en las últimas dos décadas, cercano al 1% en el mejor
de los casos, salvo ahora, cuando la crisis se ha llevado por delante los
trabajos que generan menos valor añadido (sobre todo en la
construcción). La productividad no aumentó a mucho más ritmo
en Alemania, pero sí cayeron a más velocidad los costes laborales
unitarios, que relacionan remuneración nominal por asalariado y
productividad real. Y ésta es una de las medidas de competitividad
más empleadas por los organismos internacionales, con la OCDE y
el FMI a la cabeza. De nuevo, si a la remuneración de los asalariados
se le descontara la variación de los precios, las distancias se estrechan
o anulan.
ha sido muy escaso en las últimas dos décadas, cercano al 1% en el mejor
de los casos, salvo ahora, cuando la crisis se ha llevado por delante los
trabajos que generan menos valor añadido (sobre todo en la
construcción). La productividad no aumentó a mucho más ritmo
en Alemania, pero sí cayeron a más velocidad los costes laborales
unitarios, que relacionan remuneración nominal por asalariado y
productividad real. Y ésta es una de las medidas de competitividad
más empleadas por los organismos internacionales, con la OCDE y
el FMI a la cabeza. De nuevo, si a la remuneración de los asalariados
se le descontara la variación de los precios, las distancias se estrechan
o anulan.
José Carlos Díez, economista jefe de Intermoney, cree en la moderación
de los costes salariales como medida de ajuste. Pero sostiene
también que el plan Merkel es "una cortina de humo" para no
abordar lo urgente. "Los inversores lo han dicho claro esta semana:
no comprarán más bonos portugueses y de otros países periféricos
hasta que estar seguros de que el fondo de estabilidad va a ser más
grande y flexible", afirma Díez. "Y para que eso ocurra, Merkel debe
hacer entender en Alemania que serán sus bancos y sus fondos de
pensiones los que correrán con los costes de la reestructuración
de la deuda de Grecia, Irlanda y quizá Portugal".
de los costes salariales como medida de ajuste. Pero sostiene
también que el plan Merkel es "una cortina de humo" para no
abordar lo urgente. "Los inversores lo han dicho claro esta semana:
no comprarán más bonos portugueses y de otros países periféricos
hasta que estar seguros de que el fondo de estabilidad va a ser más
grande y flexible", afirma Díez. "Y para que eso ocurra, Merkel debe
hacer entender en Alemania que serán sus bancos y sus fondos de
pensiones los que correrán con los costes de la reestructuración
de la deuda de Grecia, Irlanda y quizá Portugal".